Fundar 270 Resultados para: Vino de la Ira

  • Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. (I Corintios 15, 21)

  • Y él vino a proclamar la Buena Noticia de la paz, paz para ustedes, que estaban lejos, paz también para aquellos que estaban cerca. (Efesios 2, 17)

  • Es doctrina cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el peor de ellos. (I Timoteo 1, 15)

  • De la misma manera, los diáconos deben ser hombres respetables, de una sola palabra, moderados en el uso del vino y enemigos de ganancias deshonestas. (I Timoteo 3, 8)

  • A causa de tus frecuentes malestares estomacales, no bebas agua sola: toma un poco de vino. (I Timoteo 5, 23)

  • Porque él no vino para socorrer a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. (Hebreos 2, 16)

  • Jesucristo vino por el agua y por la sangre; no solamente con el agua, sino con el agua y con la sangre. Y el Espíritu da testimonio porque el Espíritu es la verdad. (I Juan 5, 6)

  • El Cordero vino y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono. (Apocalipsis 5, 7)

  • y oí una voz en medio de los cuatro Seres Vivientes, que decía: «Se vende una ración de trigo por un denario y tres raciones de cebada por un denario. Y no eches a perder el aceite y el vino». (Apocalipsis 6, 6)

  • Y vino otro Ángel que se ubicó junto al altar con un incensario de oro y recibió una gran cantidad de perfumes, para ofrecerlos junto con la oración de todos los santos, sobre el altar de oro que está delante del trono. (Apocalipsis 8, 3)

  • Pero la tierra vino en ayuda de la Mujer: abrió su boca y se tragó el río que el Dragón había vomitado. (Apocalipsis 12, 16)

  • Un segundo Ángel lo siguió, anunciando: «Ha caído, ha caído la gran Babilonia, la que ha dado de beber a todas las naciones el vino embriagante de su prostitución». (Apocalipsis 14, 8)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina