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Los ojos del Señor miran a aquellos que lo aman: él es escudo poderoso y apoyo seguro, refugio contra el viento abrasador y el ardor del mediodía, salvaguardia contra el tropiezo y auxilio contra la caída. (Eclesiástico 34, 16)
Preocupado por preservar a su pueblo de la caída, fortificó la ciudad contra el asedio. (Eclesiástico 50, 4)
Oía los rumores de la gente: "¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!". Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: "Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza". (Jeremías 20, 10)
Por el estruendo de su caída tiembla la tierra, y el eco resuena hasta el Mar Rojo. (Jeremías 49, 21)
¡Ay de los que te maltrataron y se alegraron de tu caída! (Baruc 4, 31)
Porque así como ella se alegró de tu caída y se regocijó por tu ruina, así se afligirá por su propia desolación. (Baruc 4, 33)
Así habla el Señor a Tiro: ¡Cómo temblarán las costas lejanas por el estruendo de tu caída, cuando giman las víctimas y haya una mortandad en medio de ti! (Ezequiel 26, 15)
Ahora tiemblan las costas en el día de tu caída, y las islas que están en el mar se horrorizan de tu desenlace!". (Ezequiel 26, 18)
Hice temblar a las naciones por el estruendo de su caída, cuando lo precipité en el Abismo, con los que bajan a la Fosa. En las regiones subterráneas se consolaron todos los árboles de Edén, lo más selecto y lo mejor del Líbano, todos los árboles bien regados. (Ezequiel 31, 16)
Dejaré consternados por tu causa a pueblos numerosos; se erizarán los cabellos de sus reyes, a causa de ti, cuando levante mi espada contra ellos, y temblarán estremecidos, cada uno por su propia vida, en el día de tu caída. (Ezequiel 32, 10)
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, (Lucas 2, 34)
Y David añade: Que su mesa se convierta en una trampa y en un lazo, en ocasión de caída y en justo castigo. (Romanos 11, 9)