Fundar 186 Resultados para: cuatro

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la mitad de la tribu de Manasés, eran muy valientes, llevaban escudo y espada y manejaban el arco. Los que estaban adiestrados para la guerra formaban un ejército de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres. (I Crónicas 5, 18)

  • Los descendientes de Isacar fueron Tolá, Puá, Iasub y Simrón: cuatro en total. (I Crónicas 7, 1)

  • Había porteros en los cuatro puntos cardinales: al este, al oeste, al norte y al sur. (I Crónicas 9, 24)

  • Los cuatro jefes de los porteros, en cambio, estaban de servicio permanentemente. Estos eran los levitas y tenían a su cargo las cámaras y los tesoros de la Casa de Dios. (I Crónicas 9, 26)

  • Ornán, que estaba trillando el trigo, al darse vuelta, había visto al Ángel, y los cuatro hijos que estaban con él se habían escondido. (I Crónicas 21, 20)

  • Los hijos de Simei fueron Iájat, Zizá, Ieús y Beriá. Estos fueron los cuatro hijos de Simei. (I Crónicas 23, 10)

  • Los descendientes de Quehat fueron Amram, Ishar, Hebrón y Uziel: cuatro en total. (I Crónicas 23, 12)

  • en la puerta oriental, había seis levitas por día; en la del norte, cuatro por día, en la del sur, cuatro por día; en los almacenes, dos y dos; (I Crónicas 26, 17)

  • en el Parbar, al oeste, había cuatro para la subida y dos para el Parbar. (I Crónicas 26, 18)

  • Salomón llegó a tener cuatro mil caballerizas para los caballos y los carros de guerra, y doce mil caballos, que acantonó en las ciudades de guarnición y en Jerusalén, junto a él. (II Crónicas 9, 25)

  • Cuatro veces me hicieron la misma invitación, y siempre les di la misma respuesta. (Nehemías 6, 4)

  • Yo no sabía que arriba, en la pared, había unos gorriones; de pronto, su estiércol caliente cayó sobre mis ojos, produciéndome unas manchas blancas. Me hice atender por los médicos, pero cuantos más remedios me aplicaban, menos veía a causa de las manchas, hasta que me quedé completamente ciego. Así estuve cuatro años privado de la vista, y todos mis parientes estaban afligidos. Ajicar me proveyó de lo necesario durante dos años, hasta que partió para Elimaida. (Tobías 2, 10)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina