Fundar 2092 Resultados para: guerra en Israel

  • Jesús respondió: «El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; (Marcos 12, 29)

  • Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y crea-mos!». También lo insultaban los que habían sido crucificados con él. (Marcos 15, 32)

  • Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, (Lucas 1, 54)

  • «Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado yredimido a su Pueblo, (Lucas 1, 68)

  • El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel. (Lucas 1, 80)

  • Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él (Lucas 2, 25)

  • luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel». (Lucas 2, 32)

  • Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, (Lucas 2, 34)

  • Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. (Lucas 4, 25)

  • También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio». (Lucas 4, 27)

  • Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: «Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe». (Lucas 7, 9)

  • Y en mi Reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa, y se sentarán sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. (Lucas 22, 30)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina