Fundar 2004 Resultados para: hambre en Israel

  • Y aquel día pronunció sobre ellos esta bendición: "Por ti Israel pronunciará esta bendición: Y puso a Efraím delante de Manasés. (Génesis 48, 20)

  • Finalmente, Israel dijo a José: "Yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con ustedes y los hará volver a la tierra de sus padres. (Génesis 48, 21)

  • Reúnanse y escuchen, hijos de Jacob, oigan a Israel, su padre. (Génesis 49, 2)

  • Maldita sea su ira tan violenta y su furor tan feroz. Yo los repartiré en el país de Jacob y los dispersaré en Israel. (Génesis 49, 7)

  • Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel. (Génesis 49, 16)

  • Pero los arcos permanecieron rígidos y se aflojaron los brazos de los arqueros por el poder del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor, la Roca de Israel; (Génesis 49, 24)

  • Todas estas eran las tribus de Israel -doce en total- y esto es lo que su padre dijo de ellas cuando las bendijo, dándole a cada una su bendición. (Génesis 49, 28)

  • Después dio a los médicos que estaban a su servicio la orden de embalsamar a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel. (Génesis 50, 2)

  • Luego hizo prestar un juramento a los hijos de Israel, diciéndoles: "Cuando Dios los visite, lleven de aquí mis restos". (Génesis 50, 25)

  • Entonces los egipcios pusieron a Israel a las órdenes de capataces, para que lo oprimieran con trabajos forzados. Así Israel construyó para el Faraón las ciudades de almacenamiento de Pitóm y Ramsés. (Exodo 1, 11)

  • Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo los he visitado y he visto cómo los maltrataban los egipcios. (Exodo 3, 16)

  • Ellos te escucharán, y tú irás a presentarte ante el rey de Egipto, junto con los ancianos de Israel. Entonces le dirás: ‘El Señor, el Dios de los hebreos, vino a nuestro encuentro. Y ahora tenemos que realizar una marcha de tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios’. (Exodo 3, 18)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina