Fundar 268 Resultados para: lluvia de piedras

  • Los obreros de Salomón, junto con los de Jirám y los venidos de Guebal, tallaron y prepararon las maderas y las piedras para edificar la Casa. (I Reyes 5, 32)

  • Cuando fue construida la Casa, se la edificó con piedras ya preparadas en la cantera; así no se oyó en la Casa ruido de martillos, ni de picos, ni de ninguna otra herramienta durante su construcción. (I Reyes 6, 7)

  • El cedro del interior de la Casa tenía bajorrelieves en forma de coloquíntidas y de pimpollos. Era todo de cedro y no se veían las piedras. (I Reyes 6, 18)

  • Luego edificó el patio interior, con tres hileras de piedras talladas y una hilera de tablas de cedro. (I Reyes 6, 36)

  • Todas estas construcciones estaban hechas con piedras seleccionadas, talladas a medida, cortadas con la sierra tanto del lado interior como del exterior, y esto, desde los cimientos hasta las cornisas y, por fuera, hasta el patio grande. (I Reyes 7, 9)

  • También los cimientos eran de piedras seleccionadas, grandes piedras de cinco y cuatro metros. (I Reyes 7, 10)

  • Sobre los cimientos, había piedras seleccionadas, talladas a medida, y madera de cedro. (I Reyes 7, 11)

  • El patio grande tenía a su alrededor tres hileras de piedras talladas y una hilera de tablas de cedro, iguales a las del atrio interior de la Casa del Señor y a las del vestíbulo de la Casa. (I Reyes 7, 12)

  • Cuando se cierre el cielo y no haya lluvia, porque ellos pecaron contra ti, si oran hacia este lugar, si celebran tu Nombre y se convierten de su pecado, porque tú los humillaste, (I Reyes 8, 35)

  • escucha tú desde el cielo: perdona el pecado de tus servidores y de tu pueblo Israel, mostrándoles el buen camino que deben seguir, y envía lluvia a la tierra que diste en herencia a tu pueblo. (I Reyes 8, 36)

  • Llegó a Jerusalén con un séquito imponente, con camellos cargados de perfumes, de muchísimo oro y de piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, le expuso todo lo que tenía pensado decirle. (I Reyes 10, 2)

  • La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca más se recibieron tantos perfumes como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (I Reyes 10, 10)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina