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Moisés le respondió: "Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos, con nuestros hijos y nuestras hijas, con nuestras ovejas y nuestras vacas, porque celebraremos una fiesta en honor del Señor". (Exodo 10, 9)
Luego el Faraón llamó a Moisés y le dijo: "Vayan a rendir culto al Señor. Podrán acompañarlos sus familias, pero quedarán aquí sus ovejas y sus vacas". (Exodo 10, 24)
Tomen también sus ovejas y sus vacas, puesto que así lo quieren, y váyanse. Imploren una bendición también para mí". (Exodo 12, 32)
Me harás un altar de tierra, y sobre él ofrecerás tus holocaustos y tus sacrificios de comunión, tus ovejas y tus bueyes. Vendré y te bendeciré en cualquier lugar donde yo haga que se recuerde mi Nombre. (Exodo 20, 24)
Si se degollaran ovejas y vacas, ¿alcanzarían para todos? Y si se reunieran todos los peces del mar, ¿tendrían bastante?". (Números 11, 22)
Balac inmoló vacas y ovejas y se las envió a Balaam y a los jefes que iban con él. (Números 22, 40)
cuando se multipliquen tus vacas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todas tus riquezas, (Deuteronomio 8, 13)
Consagra al Señor, tu Dios, todos los primogénitos machos de tu ganado mayor y menor. Tú no trabajarás con el primogénito de tus vacas ni esquilarás al primogénito de tus ovejas. (Deuteronomio 15, 19)
Benditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, los partos de tu ganado y las crías de tus vacas y tus ovejas. (Deuteronomio 28, 4)
Malditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, las crías de tus vacas y los partos de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 18)
Tu buey será degollado delante de tus ojos y no lo podrás comer. Tu asno será arrebatado de tu misma presencia y no te lo devolverán. Tus ovejas serán entregadas a tus enemigos y nadie saldrá en tu defensa. (Deuteronomio 28, 31)
Ella se comerá los productos de tu ganado y los frutos de tu suelo, hasta que quedes exterminado, porque te dejará totalmente desprovisto de trigo, de vino y de aceite, de las crías de tus vacas y tus ovejas, hasta hacerte desaparecer. (Deuteronomio 28, 51)