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Después dijo: "Llenen de agua cuatro cántaros y derrámenla sobre el holocausto y sobre la leña". Así lo hicieron. Él añadió: "Otra vez". Lo hicieron por segunda vez, y él insistió: "Una vez más". Lo hicieron por tercera vez. (I Reyes 18, 34)
Jehú les escribió una segunda carta, en la que decía: "Si están de parte mía y aceptan obedecerme, tomen las cabezas de todos los hijos de su señor y vengan a verme mañana a esta misma hora, a Izreel". Ahora bien, los setenta hijos del rey estaban repartidos entre las personas importantes de la ciudad, que los criaban. (II Reyes 10, 6)
La altura de una columna era de nueve metros; estaba rematada por un capitel de bronce, y la altura del capitel era de un metro y medio. Sobre el capitel, todo alrededor, había una moldura en forma de red y de granadas, todo de bronce. La segunda columna, con su red, era igual a la primera. (II Reyes 25, 17)
La primera suerte cayó sobre Iehoiarib; la segunda sobre Iedaías; (I Crónicas 24, 7)
la vigésima primera sobre Iaquín; la vigésima segunda sobre Gamul; (I Crónicas 24, 17)
La primera suerte recayó sobre el asafita José; la segunda sobre Guedalías, con sus hijos y hermanos: doce en total; (I Crónicas 25, 9)
la vigésima segunda sobre Guidaltí, con sus hijos y hermanos: doce en total; (I Crónicas 25, 29)
En aquella ocasión, Salomón, y con él todo Israel, celebró la Fiesta durante siete días. Se congregó una asamblea inmensa, venida desde la Entrada de Jamat hasta el Torrente de Egipto. (II Crónicas 7, 8)
La reina Ester, hija de Abijáil, y Mardoqueo, el judío, escribieron urgiendo el cumplimiento de esta segunda carta relativa a los "Purím". (Ester 9, 29)
Ahora bien, al consultar a mis servidores sobre la manera de llevar a cabo este proyecto, Amán, ese hombre que se destaca entre nosotros por su prudencia, que ha dado pruebas constantes de sus buenos oficios y de su fidelidad inquebrantable, y que ha sido elevado a la segunda dignidad en el reino, (Ester 13, 3)
Hablé una vez, y no lo voy a repetir; una segunda vez, y ya no insistiré. (Job 40, 5)
A la primera la llamó "Paloma", a la segunda "Canela", y a la tercera "Sombra para los párpados". (Job 42, 14)