Fundar 206 Resultados para: verdad

  • Sabemos que Dios juzga de acuerdo con la verdad a los que se comportan así. (Romanos 2, 2)

  • En cambio, castigará con la ira y la violencia a los rebeldes, a los que no se someten a la verdad y se dejan arrastrar por la injusticia. (Romanos 2, 8)

  • tú que instruyes a los ignorantes y eres maestro de los simples, porque tienes en la Ley la norma de la ciencia y de la verdad; (Romanos 2, 20)

  • Pero si con mi mentira, la verdad de Dios sale ganando, para gloria suya, ¿por qué todavía voy a ser condenado como pecador? (Romanos 3, 7)

  • Es verdad que la Ley entró para que se multiplicaran las transgresiones, pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. (Romanos 5, 20)

  • Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo. (Romanos 9, 1)

  • Es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción. (I Corintios 2, 6)

  • Es verdad que mi conciencia nada me reprocha, pero no por eso estoy justificado: mi juez es el Señor. (I Corintios 4, 4)

  • Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad. (I Corintios 5, 8)

  • Es verdad que algunos son considerados dioses, sea en el cielo o en la tierra: de hecho, hay una cantidad de dioses y una cantidad de señores. (I Corintios 8, 5)

  • no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. (I Corintios 13, 6)

  • y nunca hemos callado nada por vergüenza, ni hemos procedido con astucia o falsificando la Palabra de Dios. Por el contrario, manifestando abiertamente la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos, delante de Dios, frente a toda conciencia humana. (II Corintios 4, 2)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina