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  • Y sepan que tú eres el único Dios y Señor, glorioso por toda la tierra.» (Daniel 3, 45)

  • Trocaré en duelo vuestra fiesta, y en elegía todas vuestras canciones; en todos los lomos pondré sayal y tonsura en todas las cabezas; lo haré como duelo de hijo único y su final como día de amargura. (Amós 8, 10)

  • derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito. (Zacarías 12, 10)

  • Un día único será - conocido sólo de Yahveh -: no habrá día y luego noche, sino que a la hora de la tarde habrá luz. (Zacarías 14, 7)

  • Y será Yahveh rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será único Yahveh y único su nombre! (Zacarías 14, 9)

  • Jesús le contestó: «El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, (Marcos 12, 29)

  • Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que El es único y que no hay otro fuera de El, (Marcos 12, 32)

  • Cuando se acercaba a la puerta de la ciuadad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. (Lucas 7, 12)

  • En esto, un hombre de entre la gente empezó a gritar: «Maestro, te suplico que mires a mi hijo, porque es el único que tengo, (Lucas 9, 38)

  • Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» (Lucas 24, 18)

  • Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1, 14)

  • A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado. (Juan 1, 18)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina