Fundar 24 Resultados para: Cedros

  • Y cuando recibía las porciones de manos de los sacerdotes, él mismo de pie junto al hogar del altar, y en torno a él la corona de sus hermanos, como brotes de cedros en el Líbano; le rodeaban como tallos de palmera (Eclesiástico 50, 12)

  • contra todos los cedros del Líbano altos y elevados, contra todas las encinas del Basán, (Isaías 2, 13)

  • «Los ladrillos han caído, pero de sillar edificaremos; los sicómoros fueron talados, pero por cedros los cambiaremos.» (Isaías 9, 9)

  • Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Líbano: «Desde que tú has caído en paz, no sube el talador a nosotros.» (Isaías 14, 8)

  • Por tus siervos insultas a Adonay y dices: "Con mis muchos carros subo a las cumbres de los montes, a las laderas del Líbano, derribo la altura de sus cedros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer de sus refugios su jardín del bosque. (Isaías 37, 24)

  • Pondré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares. Pondré en la estepa el enebro, el olmo y el ciprés a una, (Isaías 41, 19)

  • Derribaré montes y cedros, y todo su césped secaré; convertiré los ríos en tierra firme y las lagunas secaré. (Isaías 42, 15)

  • Voy a consagrar contra ti a quienes te destruyan: ¡cada uno a sus hachas! Talarán lo selecto de tus cedros, y lo arrojarán al fuego. (Jeremías 22, 7)

  • Tú, que te asentabas en el Líbano, que anidabas en los cedros, ¡cómo suspirarás, en viniéndote los dolores, el trance como de parturienta! (Jeremías 22, 23)

  • No le igualaban los demás cedros en el jardín de Dios, los cipreses no podían competir con su ramaje, los plátanos no tenían ramas como las suyas. Ningún árbol, en el jardín de Dios, le igualaba en belleza. (Ezequiel 31, 8)

  • Yo había destruido al amorreo delante de ellos, que era alto como la altura de los cedros y fuerte como las encinas; yo había destruido su fruto por arriba y sus raíces por abajo. (Amós 2, 9)

  • Abre tus puertas, Líbano, y el fuego devore tus cedros. (Zacarías 11, 1)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina