Fundar 76 Resultados para: Impío

  • Presérvame, Yahveh, de las manos del impío, del hombre violento guárdame, los que proyectan trastornar mis pasos, (Salmos 140, 5)

  • No otorgues, Yahveh, al impío su deseo, no dejes que su plan se realice. Los que me asedian no alcen sobre mí (Salmos 140, 9)

  • Que el justo me hiera por amor, y me corrija, pero el ungüento del impío jamás lustre mi cabeza, pues me conprometería aún más en sus maldades. (Salmos 141, 5)

  • Le envió con el impío Alcimo, a quien concedió el sacerdocio, a tomar venganza de los israelitas. (I Macabeos 7, 9)

  • Dio apoyo a los humildes de su pueblo hizo desaparecer a todo impío y malvado. Observó fielmente la Ley, (I Macabeos 14, 14)

  • que una parte pertenecía a Hicarno, hijo de Tobías, personaje de muy alta posición y, contra lo que había calumniado el impío Simón, que el total era de cuatrocientos talentos de plata y doscientos de oro; (II Macabeos 3, 11)

  • Era tal el auge del helenismo y el progreso de la moda extranjera a causa de la extrema perversidad de aquel Jasón, que tenía más de impío que de sumo sacerdote, (II Macabeos 4, 13)

  • Pero tú, ¡oh impío y el más criminal de todos los hombres!, no te engrías neciamente, entregándote a vanas esperanzas y alzando la mano contra sus siervos; (II Macabeos 7, 34)

  • los demás vendían todo lo que les quedaba, y pedían al mismo tiempo al Señor que librara a los que el impío Nicanor tenía vendidos aun ante de haberse enfrentado. (II Macabeos 8, 14)

  • Mataron al filarca de la escolta de Timoteo, hombre muy impío que había causado mucho pesar a los judíos. (II Macabeos 8, 32)

  • hasta el punto que de los ojos del impío pululaban gusanos, caían a pedazos sus carnes, aun estando con vida, entre dolores y sufrimientos, y su infecto hedor apestaba todo el ejército. (II Macabeos 9, 9)

  • Vamos a exponer ahora lo referente a Antíoco Eupátor, hijo de aquel impío, resumiendo las desgracias debidas a las guerras. (II Macabeos 10, 10)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina