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Así quedó Jeremías en el patio de la guardia, hasta el día en que fue tomada Jerusalén. Ahora bien, cuando fue tomada Jerusalén... (Jeremías 38, 28)
Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado instrucciones a Nebuzaradán, jefe de la guardia, respecto a Jeremías en este sentido: (Jeremías 39, 11)
enviaron en busca de Jeremías, y lo confiaron a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán, para que le hiciese salir a casa, y permaneció entre la gente. (Jeremías 39, 14)
Estando Jeremías detenido en el patio de la guardia, le había sido dirigida la palabra de Yahveh en estos términos: (Jeremías 39, 15)
Palabra dirigida a Jeremías de parte de Yahveh, luego que Nebuzaradán, jefe de la guardia, le dejó libre en Ramá, cuando le tomó aparte, estando él esposado con todos los deportados de Jerusalén y Judá que iban camino de Babilonia. (Jeremías 40, 1)
En efecto, el jefe de la guardia tomó aparte a Jeremías y le dijo: «Tu Dios Yahveh había predicho esta desgracia a este lugar, (Jeremías 40, 2)
Jeremías, por su parte, vino al lado de Godolías, hijo de Ajicam, a Mispá, y se quedó a vivir con él entre la población que había quedado en el país. (Jeremías 40, 6)
y dijeron al profeta Jeremías: «Caiga bien nuestra demanda de favor ante ti, y ruega a tu Dios Yahveh por nosotros, por todo este resto, pues hemos quedados pocos de muchos que éramos, como tus ojos están viendo, (Jeremías 42, 2)
Díceles el profeta Jeremías: «De acuerdo: ahora mismo me pongo a rogar a vuestro Dios Yahveh como decís, y sea cual fuere la respuesta de Yahveh para vosotros, yo os la declararé sin ocultaros palabra.» (Jeremías 42, 4)
Y ellos dijeron a Jeremías: «Séanos Yahveh testigo veraz y leal, si no obramos conforme a cualquier mensaje que tu Dios Yahveh te envía para nosotros. (Jeremías 42, 5)
Pues bien, al cabo de diez días fue dirigida la palabra de Yahveh a Jeremías. (Jeremías 42, 7)
Ahora bien, así que hubo acabado Jeremías de transmitir a todo el pueblo el recado de Yahveh su Dios, que Yahveh le había dado para ellos, (Jeremías 43, 1)