Found 143 Results for: Jeremías

  • Así quedó Jeremías en el patio de la guardia, hasta el día en que fue tomada Jerusalén. Ahora bien, cuando fue tomada Jerusalén... (Jeremías 38, 28)

  • Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado instrucciones a Nebuzaradán, jefe de la guardia, respecto a Jeremías en este sentido: (Jeremías 39, 11)

  • enviaron en busca de Jeremías, y lo confiaron a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán, para que le hiciese salir a casa, y permaneció entre la gente. (Jeremías 39, 14)

  • Estando Jeremías detenido en el patio de la guardia, le había sido dirigida la palabra de Yahveh en estos términos: (Jeremías 39, 15)

  • Palabra dirigida a Jeremías de parte de Yahveh, luego que Nebuzaradán, jefe de la guardia, le dejó libre en Ramá, cuando le tomó aparte, estando él esposado con todos los deportados de Jerusalén y Judá que iban camino de Babilonia. (Jeremías 40, 1)

  • En efecto, el jefe de la guardia tomó aparte a Jeremías y le dijo: «Tu Dios Yahveh había predicho esta desgracia a este lugar, (Jeremías 40, 2)

  • Jeremías, por su parte, vino al lado de Godolías, hijo de Ajicam, a Mispá, y se quedó a vivir con él entre la población que había quedado en el país. (Jeremías 40, 6)

  • y dijeron al profeta Jeremías: «Caiga bien nuestra demanda de favor ante ti, y ruega a tu Dios Yahveh por nosotros, por todo este resto, pues hemos quedados pocos de muchos que éramos, como tus ojos están viendo, (Jeremías 42, 2)

  • Díceles el profeta Jeremías: «De acuerdo: ahora mismo me pongo a rogar a vuestro Dios Yahveh como decís, y sea cual fuere la respuesta de Yahveh para vosotros, yo os la declararé sin ocultaros palabra.» (Jeremías 42, 4)

  • Y ellos dijeron a Jeremías: «Séanos Yahveh testigo veraz y leal, si no obramos conforme a cualquier mensaje que tu Dios Yahveh te envía para nosotros. (Jeremías 42, 5)

  • Pues bien, al cabo de diez días fue dirigida la palabra de Yahveh a Jeremías. (Jeremías 42, 7)

  • Ahora bien, así que hubo acabado Jeremías de transmitir a todo el pueblo el recado de Yahveh su Dios, que Yahveh le había dado para ellos, (Jeremías 43, 1)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina