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La puerta del atrio tendrá un tapiz de veinte codos, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino torzal, labor de recamador. Tendrá cuatro postes y cuatro basas. (Exodo 27, 16)
Esto es lo que ha de dar cada uno de los comprendidos en el censo: medio siclo, en siclos del Santuario. Este siclo es de veinte óbolos. El tribruto reservado a Yahveh es medio siclo. (Exodo 30, 13)
Todos los comprendidos en el censo, de veinte años en adelante, pagarán el tributo reservado a Yahveh. (Exodo 30, 14)
Puso los tableros para la Morada: veinte para el flanco del Négueb, hacia el sur; (Exodo 36, 23)
hizo cuarenta basas de plata para colocarlas debajo de los veinte tableros: dos basas debajo de un tablero para sus dos espigas y dos basas debajo del otro tablero para sus dos espigas. (Exodo 36, 24)
Para el segundo flanco de la Morada, la parte del norte, hizo otros veinte tableros, (Exodo 36, 25)
Sus postes eran veinte, y veintes sus basas de bronce; los ganchos de los postes y sus varillas eran de plata. (Exodo 38, 10)
Por el lado septentrional había igualmente un cortinaje de cien codos. Sus postes eran veinte, y veinte sus basas de bronce; los ganchos de los postes y sus varillas eran de plata. (Exodo 38, 11)
El tapiz de la puerta del atrio era labor de recamador y estaba recamado de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino torzal. Tenía veinte codos de largo; su altura - en el ancho - era de cinco codos, lo mismo que los cortinajes del atrio. (Exodo 38, 18)
un becá por cabeza, o sea medio siclo, en siclos del Santuario, para cada hombre comprendido en el censo de los 603.550 hombres, de veinte años en adelante. (Exodo 38, 26)
si se trata de un varón de veinte a sesenta años, el valor se estimará en cincuenta siclos de plata, en siclos del santuario. (Levítico 27, 3)
De los cinco a los veinte años el valor será: para varón, veinte siclos; para mujer, diez siclos. (Levítico 27, 5)