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  • Ya el año 169, en el reinado de Demetrio, nosotros, los judíos, os escribimos así: «En lo más grave de la tribulación que ha caído sobre nosotros en estos años, desde que Jasón y sus partidarios traicionaron la tierra santa y el reino, (II Macabeos 1, 7)

  • Pasados muchos años, cuando a Dios le plugo, Nehemías, enviado por el rey de Persia, mandó que buscaran el fuego los descendientes de los sacerdotes que lo habían escondido; (II Macabeos 1, 20)

  • Tres años después, Jasón envió a Menelao, hermano del ya mencionado Simón, para llevar el dinero al rey y gestionar la negociación de asuntos urgentes. (II Macabeos 4, 23)

  • «Porque a nuestra edad no es digno fingir, no sea que muchos jóvenes creyendo que Eleazar, a sus noventa años, se ha pasado a las costumbres paganas, (II Macabeos 6, 24)

  • Se inclinó sobre él y burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua patria: «Hijo, ten compasión de mí que te llevé en el seno por nueve meses, te amamanté por tres años, te crié y te eduqué hasta la edad que tienes (y te alimenté). (II Macabeos 7, 27)

  • Después de haber purificado el Templo, hicieron otro altar; tomando fuego de pedernal del que habían sacado chispas, tras dos años de intervalo ofrecieron sacrificios, el incienso y las lámparas, y colocaron los panes de la Presencia. (II Macabeos 10, 3)

  • Después de tres años de intervalo, los hombres de Judas supieron que Demetrio, hijo de Seleuco, había atracado en el puerto de Trípoli con un fuerte ejército y una flota, (II Macabeos 14, 1)

  • pues largos días y años de vida y bienestar te añadirán. (Proverbios 3, 2)

  • Escucha, hijo mío, recibe mis palabras, y los años de tu vida se te multiplicarán. (Proverbios 4, 10)

  • no sea que ella dé tu honor a otro y tus años a un hombre cruel; (Proverbios 5, 9)

  • Pues por mí se multiplicarán tus días y se aumentarán los años de tu vida. (Proverbios 9, 11)

  • El temor de Yahveh prolonga los días, los años de los malos son acortados. (Proverbios 10, 27)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina