Fundar 70 Resultados para: animales

  • levantar altares, recintos sagrados y templos idolátricos; sacrificar puercos y animales impuros; (I Macabeos 1, 47)

  • el león - fuerte entre los animales -, que ante nada retrocede, (Proverbios 30, 30)

  • la naturaleza de los animales y los instintos de las fieras, el poder de los espíritus y los pensamientos de los hombres, las variedades de las plantas y las virtudes de las raíces. (Sabiduría 7, 20)

  • Por sus locos e inicuos pensamientos por los que, extraviados, adoraban reptiles sin razón y bichos despreciables, les enviaste en castigo muchedumbre de animales sin razón, (Sabiduría 11, 15)

  • Demasiado, en verdad, se habían desviado por los caminos del error, teniendo por dioses a los más viles y despreciables, animales, dejándose engañar como pequeñuelos inconscientes. (Sabiduría 12, 24)

  • Desgraciados, en cambio, y con la esperanza puesta en seres sin vida, los que llamaron dioses a obras hechas por mano de hombre, al oro, a la plata, trabajados con arte, a representaciones de animales o a una piedra inútil, esculpida por mano antigua. (Sabiduría 13, 10)

  • ni siquiera poseen la belleza de los animales que, a su modo, cautiva al contemplarlos; están excluidos de la aprobación de Dios y de su bendición. (Sabiduría 15, 19)

  • Incluso cuando cayó sobre ellos la ira terrible de animales feroces, cuando por mordeduras de sinuosas serpientes perecían, no persistió tu cólera hasta el fin. (Sabiduría 16, 5)

  • Las llamas unas veces se amansaban para no consumir a los animales enviados contra los impíos, y darles a entender, por lo que veían, que el juicio de Dios les hostigaba; (Sabiduría 16, 18)

  • el horrísimo fragor de rocas que caían de las alturas, la invisible carrera de animales que saltando pasaban, el rugido de las fieras más salvajes, el eco que devolvían las oquedades de las montañas, todo les aterrorizaba y les dejaba paralizados. (Sabiduría 17, 19)

  • Recordaban todavía lo sucedido en su destierro, cómo, en vez de nacer los mosquitos de animales, los produjo la tierra, cómo, en vez de nacer las ranas de seres acuáticos, las vomitó el Río en abundancia. (Sabiduría 19, 10)

  • Por el contrario, las llamas no consumían las carnes de los endebles animales que sobre ellas caminaban, ni fundían aquel alimento divino, parecido a la escarcha, tan fácil de derretirse. (Sabiduría 19, 21)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina