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  • Y el reino y el imperio y la grandeza de los reinos bajo los cielos todos serán dados al pueblo de los santos del Altísimo. Reino eterno es su reino, y todos los imperios le servirán y le obedecerán.» (Daniel 7, 27)

  • El ha cumplido las palabras que había pronunciado contra nosotros y contra los príncipes que nos gobernaban: que haría venir sobre nosotros una calamidad tan grande como no habría jamás bajo el cielo otra mayor que la que alcanzara a Jerusalén. (Daniel 9, 12)

  • Los doctos del pueblo instruirán a la multitud; mas sucumbirán bajo la espada y la llama, la cautividad y la expoliación, durante algún tiempo. (Daniel 11, 33)

  • Conque, si la viste, dinos bajo qué árbol los viste juntos.» Respondió él: «Bajo una acacia.» (Daniel 13, 54)

  • Ahora pues, dime: ¿Bajo qué árbol los sorprendiste juntos?» El respondió: «Bajo una encina.» (Daniel 13, 58)

  • En las cimas de los montes sacrifican, en las colinas queman incienso, bajo la encina, el chopo o el terebinto, ¡porque es buena su sombra! Por eso, si se prostituyen vuestras hijas y vuestras nueras cometen adulterio, (Oseas 4, 13)

  • aunque los compre entre las naciones, yo los voy a reunir ahora y pronto sufrirán bajo la carga del rey de príncipes. (Oseas 8, 10)

  • Se han podrido los granos bajo los terrones; los graneros han sido devastados, derruidos los silos, porque falta el grano. (Joel 1, 17)

  • Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de Yahveh, y bajó a Joppe, donde encontró un barco que salía para Tarsis: pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis, lejos de Yahveh. (Jonás 1, 3)

  • Salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la ciudad; allí se hizo una cabaña bajo la cual se sentó a la sombra, hasta ver qué sucedía en la ciudad. (Jonás 4, 5)

  • Se sentará cada cual bajo su parra, y bajo su higuera, sin que nadie le inquiete, ¡la boca de Yahveh Sebaot ha hablado! (Miqueas 4, 4)

  • ¡He oído y mis entrañas se estremecen, a esa voz titubean mis labios, penetra la caries en mis huesos, bajo mí tiemblan mis pasos! Tranquilo espero el día de la angustia, que va a subir sobre el pueblo que nos asalta. (Habacuc 3, 16)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina