Fundar 160 Resultados para: cuidado del prójimo

  • Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre.» (Génesis 3, 22)

  • Ea, pues, bajemos, y una vez allí confundamos su lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su prójimo.» (Génesis 11, 7)

  • Díjole. «¡Cuidado que soy atrevido de interpelar a mi Señor! ¿Y si se hallaren allí veinte?» (Génesis 18, 31)

  • espumas como el agua: ¡Cuidado, no te desbordes! porque subiste al lecho de tu padre; entonces violaste mi tálamo al subir. (Génesis 49, 4)

  • No darás testimonio falso contra tu prójimo. (Exodo 20, 16)

  • No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.» (Exodo 20, 17)

  • Pero al que se atreva a matar a su prójimo con alevosía, hasta de mi altar le arrancarás para matarle. (Exodo 21, 14)

  • Pero si no es hallado, el dueño de la casa se presentará ante Dios para declarar que no ha puesto su mano sobre los bienes de su prójimo. (Exodo 22, 7)

  • En todo caso delictivo, ya se trate de buey, asno, oveja, ropa o de cualquier cosa desaparecida, de la que uno diga: «Es esto», la causa de ambos se llevará ante Dios; y aquel a quien Dios declare culpable, restituirá el doble a su prójimo. (Exodo 22, 8)

  • mediará entre los dos el juramento de Yahveh para atestiguar que el depositario no ha puesto su mano sobre la hacienda de su prójimo; el dueño tomará lo que quede y el otro no tendrá que restituir. (Exodo 22, 10)

  • Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás al ponerse el sol, (Exodo 22, 25)

  • Si uno peca y comete una prevaricación contra Yahveh engañando a su prójimo acerca de un depósito o de un objeto confiado a sus manos, o de algo robado, o bien oprimiendo a su prójimo violentamente, (Levítico 5, 21)


“Que Jesus o mergulhe no esplendor da Sua imortal juventude.” São Padre Pio de Pietrelcina