Fundar 257 Resultados para: familia de Manasés

  • Hijos de Manasés: de Makir, el clan makirita. Makir engendró a Galaad. De Galaad, el clan galaadita. (Números 26, 29)

  • Esos eran los clanes de Manasés, según el censo: 52.700. (Números 26, 34)

  • Entonces se acercaron las hijas de Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés, de los clanes de Manasés, hijo de José. Se llamaban las hijas: Majlá, Noá, Joglá, Milká y Tirsá. (Números 27, 1)

  • Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén y a la media tribu de Manasés, hijo de José, el reino de Sijón, rey de los amorreos, y el reino de Og, rey de Basán; el país con las ciudades comprendidas en sus fronteras y las ciudades colindantes. (Números 32, 33)

  • Los hijos de Makir, hijo de Manasés, fueron a Galaad, la conquistaron y expulsaron a los amorreos que habitaban allí. (Números 32, 39)

  • Moisés dio Galaad a Makir, hijo de Manasés, que se estableció allí. (Números 32, 40)

  • Yaír, hijo de Manasés, fue y se apoderó de los aduares de ellos y los llamó Aduares de Yaír. (Números 32, 41)

  • pues la tribu de los hijos de Rubén con sus distintas casas paternas y la tribu de los hijos de Gad con sus distintas casas paternas, han recibido ya su herencia; y la media tribu de Manasés ha recibido también su herencia. (Números 34, 14)

  • por los hijos de José: por la tribu de los hijos de Manasés, el principal Janniel, hijo de Efod; (Números 34, 23)

  • Los jefes de familia del clan de los hijos de Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés, uno de los clanes de los hijos de José, se presentaron y dijeron delante de Moisés y de los principales jefes de las casas paternas de los israelitas: (Números 36, 1)

  • Tomaron marido de los clanes de los hijos de Manasés, hijo de José, y así su herencia fue para la tribu del clan de su padre. (Números 36, 12)

  • A la media tribu de Manasés le di el resto de Galaad y todo Basán, reino de Og: toda la confederación de Argob. (A todo este Basán es a lo que se llama el país de los refaítas.) (Deuteronomio 3, 13)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina