Fundar 621 Resultados para: nuevo cielo
Cuando los hombres de Ay volvieron la vista atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, no tuvieron fuerza para huir por un lado o por otro. El pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los perseguidores. (Josué 8, 20)
Mientras huían ante Israel por la bajada de Bet Jorón, Yahveh lanzó del cielo sobre ellos hasta Azecá grandes piedras, y murieron. Y fueron más los que murieron por las piedras que los que mataron los israelitas a filo de espada. (Josué 10, 11)
Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. ¿ No está esto escrito en el libre del Justo? El sol se paró en medio del cielo y no tuvo prisa en ponerse como un día entero. (Josué 10, 13)
Gedeón dijo a Dios: «No te irrites contra mí si me atrevo a hablar de nuevo. Por favor, quisiera hacer por última vez la prueba con el vellón: que quede seco sólo el vellón y que haya rocío por todo el suelo.» (Jueces 6, 39)
Jefté envió de nuevo mensajeros al rey de los ammonitas (Jueces 11, 14)
Cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Angel de Yahveh subía en la llama. Manóaj y su mujer lo estaban viendo y cayeron rostro en tierra. (Jueces 13, 20)
Pero entonces, la señal, la columna de humo, comenzó a levantarse de la ciudad, y Benjamín, mirando atrás, vio que toda la ciudad subía en llamas al cielo. (Jueces 20, 40)
Ellas rompieron a llorar de nuevo; después Orpá besó a su suegra y se volvió a su pueblo, pero Rut se quedó junto a ella. (Rut 1, 14)
Yahveh, ¡quebrantados sus rivales! el Altísimo truena desde el cielo. Yahveh juzga los confines de la tierra, da pujanza a su Rey, exalta el cuerno de su Ungido.» (I Samuel 2, 10)
Los que no murieron fueron atacados de tumores y los alaridos de angustia de la ciudad subieron hasta el cielo. (I Samuel 5, 12)
y dijo el filisteo a David: «Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.» (I Samuel 17, 44)
Hoy mismo te entrega Yahveh en mis manos, te mataré y te cortaré la cabeza y entragaré hoy mismo tu cadáver y los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Dios para Israel. (I Samuel 17, 46)