Fundar 31 Resultados para: planta

  • Zain. Hace cálculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus manos planta una viña. (Proverbios 31, 16)

  • Para la adversidad del orgulloso no hay remedio, pues la planta del mal ha echado en él raíces. (Eclesiástico 3, 28)

  • Entre dos piedras juntas se planta una estaca, y entre venta y compra se introduce el pecado. (Eclesiástico 27, 2)

  • Según su designio domeña el abismo, y planta islas en él. (Eclesiástico 43, 23)

  • De la planta del pie a la cabeza no hay en él cosa sana: golpes, magulladuras y heridas frescas, ni cerradas, ni vendadas, ni ablandadas con aceite. (Isaías 1, 6)

  • Yo he cavado y bebido en extranjeras aguas. Secaré bajo la planta de mis pies, todos los Nilos del Egipto." (Isaías 37, 25)

  • Sus habitantes, de débiles manos, confusos y aterrados, son planta del campo, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el viento de Oriente. (Isaías 37, 27)

  • Sus piernas eran rectas y la planta de sus pies era como la planta de la pezuña del buey, y relucían como el fulgor del bronce bruñido. (Ezequiel 1, 7)

  • Me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde se posa la planta de mis pies. Aquí habitaré en medio de los hijos de Israel para siempre; y la casa de Israel, así como sus reyes, no contaminarán más mi santo nombre con sus prostituciones y con los cadáveres de sus reyes, (Ezequiel 43, 7)

  • Entonces Yahveh Dios dispuso una planta de ricino que creciese por encima de Jonás para dar sombra a su cabeza y librarle así de su mal. Jonás se puso muy contento por aquel ricino. (Jonás 4, 6)

  • Se planta él y hace temblar la tierra, mira y hace estremecerse a las naciones; se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, ¡sus caminos de siempre! (Habacuc 3, 6)

  • Y pisotearéis a los impíos, porque serán ellos ceniza bajo la planta de vuestros pies, el día que yo preparo, dice Yahveh Sebaot. (Malaquías 3, 21)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina