Fundar 32 Resultados para: regalo

  • Ella respondió: «Hazme un regalo. Ya que me has dado la tierra del Négueb, dame fuentes de agua.» Y Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. (Jueces 1, 15)

  • Saúl dijo a su criado: «Vamos a ir, pero ¿qué ofreceremos a ese hombre? No queda pan en nuestros zurrones y no tenemos ningún regalo que llevar al hombre de Dios. ¿Qué le podemos dar?» (I Samuel 9, 7)

  • Dijo el rey al hombre de Dios: «Entra en casa conmigo para confortarte y te haré un regalo.» (I Reyes 13, 7)

  • Ella me dijo: «Es un regalo que me han añadido a mi sueldo.» Pero yo no la creí; ordené que lo devolviera a los dueños y me irrité contra ella por este asunto. Entonces ella me replicó: «¿Dónde están tus limosnas y tus buenas obras? ¡Ahora se ve todo bien claro!» (Tobías 2, 14)

  • y dijo el rey a Amán: «La plata, te la regalo; y te regalo también ese pueblo para que hagas lo que te parezca.» (Ester 3, 11)

  • Mientras tanto, sucedió que los habitantes de Tarso y de Malos se sublevaron por haber sido cedidas sus ciudades como regalo a Antioquida, la concubina del rey. (II Macabeos 4, 30)

  • Menelao pensó aprovecharse de aquella buena oportunidad; arrebató algunos objetos de oro del Templo, y se los regaló a Andrónico; también logró vender otros en Tiro y en las ciudades de alrededor. (II Macabeos 4, 32)

  • «Yo no sé cómo aparecisteis en mis entrañas, ni fui yo quien os regaló el espíritu y la vida, ni tampoco organicé yo los elementos de cada uno. (II Macabeos 7, 22)

  • «Recibe, como regalo de parte de Dios, esta espada sagrada, con la que destrozarás a los enemigos.» (II Macabeos 15, 16)

  • pondrá en tu cabeza una diadema de gracia, una espléndida corona será tu regalo». (Proverbios 4, 9)

  • El regalo de un hombre todo se lo allana, y le lleva hasta la presencia de los grandes. (Proverbios 18, 16)

  • Regalo a escondidas, aplaca la cólera, y obsequio oculto, la ira violenta. (Proverbios 21, 14)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina