Fundar 310 Resultados para: sabiduría de los antiguos

  • He aplicado mi corazón a explorar y a buscar sabiduría y razón, a reconocer la maldad como una necedad, y la necedad como una locura. (Eclesiastés 7, 25)

  • ¿Quién como el sabio? ¿Quién otro sabe explicar una cosa? La sabiduría del hombre hace brillar su rostro, y sus facciones severas transfigura. (Eclesiastés 8, 1)

  • Cuanto más apliqué mi corazón a estudiar la sabiduría y a contemplar el ajetreo que se da sobre la tierra - pues ni de día ni de noche concilian los ojos el sueño - (Eclesiastés 8, 16)

  • Cualquier cosa que esté a tu alcance el hacerla, hazla según tus fuerzas, porque no existirá obra ni razones ni ciencia ni sabiduría en el seol a donde te encaminas. (Eclesiastés 9, 10)

  • Encontrábase allí un hombre pobre y sabio. El pudo haber librado la ciudad gracias a su sabiduría, ¡pero nadie paró mientes en aquel pobre! (Eclesiastés 9, 15)

  • Y yo me digo: Más vale sabiduría que fuerza; pero la sabiduría del pobre se desprecia y sus palabras no se escuchan. (Eclesiastés 9, 16)

  • Más vale sabiduría que armas de combate, pero un solo yerro echa a perder mucho bueno. (Eclesiastés 9, 18)

  • Una mosca muerta pudre una copa de ungüento de perfumista; monta más un poco de necedad que sabiduría y honor. (Eclesiastés 10, 1)

  • Si se embota el hierro y no se afilan sus caras, hay que acrecentar los bríos: también supone ganancia afinar en sabiduría. (Eclesiastés 10, 10)

  • En efecto, en alma fraudulenta no entra la Sabiduría, no habita en cuerpo sometido al pecado; (Sabiduría 1, 4)

  • La Sabiduría es un espíritu que ama al hombre, pero no deja sin castigo los labios del blasfemo; que Dios es testigo de sus riñones, observador veraz de su corazón y oye cuanto dice su lengua. (Sabiduría 1, 6)

  • Desgraciados los que desprecian la sabiduría y la instrucción; vana es su esperanza, sin provecho sus fatigas, inútiles sus obras; (Sabiduría 3, 11)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina