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  • Los discípulos se le acercaron y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?". (Mateo 13, 10)

  • Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña del campo". (Mateo 13, 36)

  • Al caer el día, se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Estamos en un descampado y ya es muy tarde; despide a la gente para que vayan a las aldeas a comprarse algo de comer". (Mateo 14, 15)

  • Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y maestros de la ley de Jerusalén y le dijeron: (Mateo 15, 1)

  • Entonces los discípulos se le acercaron y le dijeron: "¿Sabes que los fariseos, al oír tus palabras, se han escandalizado?". (Mateo 15, 12)

  • Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Despídela, porque viene gritando detrás de nosotros". (Mateo 15, 23)

  • Los fariseos y los saduceos se le acercaron para tentarlo, y le pidieron que les mostrase una señal del cielo. (Mateo 16, 1)

  • Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y, a solas con él, le preguntaron: "¿Por qué nosotros no pudimos echarlo?". (Mateo 17, 19)

  • Cuando llegaron a Cafarnaún, los recaudadores de los impuestos se acercaron a Pedro y le dijeron: "¿Vuestro maestro no paga el impuesto?". (Mateo 17, 24)

  • En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es, entonces, el más grande en el reino de Dios?". (Mateo 18, 1)

  • Se le acercaron unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: "¿Le está permitido al hombre separarse de su mujer por cualquier motivo?". (Mateo 19, 3)

  • Entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado esa autoridad?". (Mateo 21, 23)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina