Fundar 164 Resultados para: Efraín

  • Joás, rey de Israel, hizo prisionero en Bet Semes a Amasías, rey de Judá; luego llegó a Jerusalén y abrió en sus murallas una brecha de doscientos metros, desde la puerta de Efraín hasta la puerta del ángulo; (II Reyes 14, 13)

  • (46 )A los otros hijos de Quehat les tocaron en suerte diez ciudades de la tribu de Efraín, de la de Dan y de la media tribu de Manasés. (I Crónicas 6, 61)

  • (51 )A otros hijos de Quehat les tocaron en suerte ciudades de la tribu de Efraín; (I Crónicas 6, 66)

  • (52 )les dieron también como ciudades de refugio: Siquén y sus ejidos en la montaña de Efraín, Guézer y sus ejidos, (I Crónicas 6, 67)

  • Hijos de Efraín: Sutélaj, Bered, su hijo; Tájat, (I Crónicas 7, 20)

  • Efraín, su padre, les guardó luto durante mucho tiempo, y sus hermanos vinieron a consolarlo. (I Crónicas 7, 22)

  • En Jerusalén se establecieron algunos de Judá, de Benjamín, de Efraín y de Manasés. (I Crónicas 9, 3)

  • de la tribu de Efraín, 20.800 guerreros valientes y hombres ilustres de su casa patriarcal; (I Crónicas 12, 31)

  • El jefe de la séptima división, para el séptimo mes, era Jeles pelonita, descendiente de Efraín. (I Crónicas 27, 10)

  • de Efraín, Oseas, hijo de Azarías; de la media tribu de Manasés, Joel, hijo de Pedayas; (I Crónicas 27, 20)

  • Abías, de pie sobre el monte Semaráyim, en las montañas de Efraín, gritó: "Jeroboán, israelitas todos, escuchadme. (II Crónicas 13, 4)

  • Con estas palabras del profeta Azarías, hijo de Oded, Asá se sintió fortalecido e hizo desaparecer los ídolos de toda la tierra de Judá y de Benjamín y de las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraín; restauró de nuevo el altar del Señor, que estaba delante del vestíbulo del Señor. (II Crónicas 15, 8)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina