Fundar 174 Resultados para: Encuentro

  • Cuando iba de regreso, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: "Tu hijo vive". (Juan 4, 51)

  • Así que oyó Marta que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras que María se quedó en casa. (Juan 11, 20)

  • Ella, así que lo oyó, se levantó rápidamente y salió al encuentro de Jesús. (Juan 11, 29)

  • tomaron ramos de palmas y salieron a su encuentro, gritando: "¡Viva! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡El rey de Israel!". (Juan 12, 13)

  • Por esto también la gente le salió al encuentro, pues se habían enterado de que había hecho este milagro. (Juan 12, 18)

  • Pilato le dijo: "¿Y qué es la verdad?". Dicho esto, salió fuera otra vez y dijo a los judíos: "Yo no encuentro en él culpa alguna. (Juan 18, 38)

  • Pilato salió otra vez fuera y les dijo: "Ved que os lo saco para que sepáis que no encuentro en él culpa alguna". (Juan 19, 4)

  • Los sumos sacerdotes y sus criados, al verlo, gritaron: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!". Pilato les dijo: "Tomadlo vosotros y crucificadlo, pues yo no encuentro culpa en él". (Juan 19, 6)

  • Tan pronto como entró Pedro, Cornelio le salió al encuentro, cayó a sus pies y le adoró. (Hechos 10, 25)

  • Otra vez, cuando íbamos al lugar de la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía un espíritu adivinador, la cual con sus adivinaciones procuraba a sus amos muchas ganancias. (Hechos 16, 16)

  • el cual fue a nuestro encuentro, tomó el cinto de Pablo, se ató los pies y las manos, y dijo: "Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán en Jerusalén los judíos al hombre de quien es este cinto y lo entregarán en manos de los paganos". (Hechos 21, 11)

  • Los hermanos de Roma, que tenían noticias de nuestra llegada, nos salieron al encuentro en Foro Apio y Tres Tabernas; Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y cobró ánimos. (Hechos 28, 15)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina