Fundar 24 Resultados para: Invoco

  • Cuando te invoco, tú me atiendes, oh Dios de mi justicia, en la angustia me alivias; ten piedad, escucha mi oración. (Salmos 4, 2)

  • Sabed que el Señor distingue al que le es fiel, el Señor me escucha cuando yo le invoco. (Salmos 4, 4)

  • A ti, Señor, te invoco; de mañana me escuchas, de mañana me dirijo a ti y me quedo esperando. (Salmos 5, 4)

  • ¡Alabado sea Dios! Yo le invoco y salgo victorioso de mis enemigos. (Salmos 18, 4)

  • Invoco al Dios altísimo, al Dios que tanto hace por mí. (Salmos 57, 3)

  • porque me presta oído siempre que lo invoco. (Salmos 116, 2)

  • Cuando el Macabeo se enteró de la crueldad cometida contra sus compatriotas, llamó a los que estaban con él, invocó a Dios, justo juez, y (II Macabeos 12, 5)

  • el Macabeo, al ver la muchedumbre que tenía delante, el aparato de las diversas armas y su ferocidad, levantó las manos al cielo e invocó al Dios que hace maravillas; pues bien sabía que la victoria no depende de las armas, sino de aquel que la concede a quien ve digno de ella. (II Macabeos 15, 21)

  • Volved los ojos a las generaciones pasadas y ved. ¿Quién confió en el Señor y fue defraudado, o quién perseveró en su temor y fue abandonado, o quién lo invocó y fue despreciado? (Eclesiástico 2, 10)

  • Invocó al altísimo y poderoso al presionarle por todas partes sus enemigos; y el Señor, el que es grande, lo escuchó, haciendo llover piedras de granizo de gran potencia (Eclesiástico 46, 5)

  • Invocó al Señor poderoso cuando los enemigos le presionaban por doquier, ofreciendo un cordero lechal. (Eclesiástico 46, 16)

  • Porque invocó al Señor altísimo, y éste dio fuerza a su diestra para matar a un poderoso guerrero y exaltar el poder de su pueblo. (Eclesiástico 47, 5)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina