Fundar 142 Resultados para: Jeremías

  • Ejecutaré con este país todas las cosas que he predicho contra él, todo lo que está escrito en este libro: lo que Jeremías profetizó contra todas las naciones. (Jeremías 25, 13)

  • Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías pronunciar estas palabras en el templo del Señor. (Jeremías 26, 7)

  • Y en cuanto Jeremías terminó de decir lo que el Señor le había ordenado comunicar a todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas lo apresaron, diciendo: "¡Vas a morir! (Jeremías 26, 8)

  • ¿Por qué has profetizado en nombre del Señor diciendo que este templo será como Silo, y que esta ciudad quedará desolada y despoblada?". Y todo el pueblo se apelotonó contra Jeremías en el templo del Señor. (Jeremías 26, 9)

  • Entonces Jeremías se dirigió a todos los magistrados y al pueblo entero, diciendo: "El Señor me ha enviado a profetizar acerca de este templo y de esta ciudad todo lo que habéis oído. (Jeremías 26, 12)

  • Hubo también otro hombre que profetizaba en nombre del Señor: Urías, hijo de Semayas, de Quiriat Yearín; él profetizó contra esta ciudad y este país exactamente lo mismo que Jeremías. (Jeremías 26, 20)

  • En cuanto a Jeremías, fue protegido por Ajicán, hijo de Safán, y así no fue entregado en manos del pueblo para darle muerte. (Jeremías 26, 24)

  • Al comienzo del reinado de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, fue dirigida a Jeremías de parte del Señor esta palabra. (Jeremías 27, 1)

  • Entonces el profeta Jeremías respondió al profeta Ananías delante de los sacerdotes y de todo el pueblo presente en el templo del Señor. (Jeremías 28, 5)

  • El profeta Jeremías dijo: "¡Amén! ¡El Señor haga que se cumplan las palabras de tu profecía, devolviendo de Babilonia a este lugar todos los utensilios del templo del Señor y a todos los cautivos! (Jeremías 28, 6)

  • Entonces el profeta Ananías tomó el yugo del cuello de Jeremías, lo rompió (Jeremías 28, 10)

  • y dijo delante de todo el pueblo: "Esto dice el Señor: De la misma manera, dentro de dos años, romperé yo el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, quitándolo del cuello de todas las naciones". Y el profeta Jeremías se marchó. (Jeremías 28, 11)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina