Fundar 262 Resultados para: Monte Sinaí

  • Tus guerreros tendrán miedo, Temán, de suerte que no quedará un solo hombre en el monte de Esaú. (Abdías 1, 9)

  • Sí, como vosotros bebisteis en mi monte santo, así beberán siempre todas las naciones; beberán, consumirán y serán luego como si jamás hubiesen sido. (Abdías 1, 16)

  • Pero en el monte Sión se refugiarán los supervivientes -y será un lugar santo-, y la casa de Jacob recobrará todos sus dominios. (Abdías 1, 17)

  • Y subirán victoriosos al monte Sión para juzgar a la montaña de Esaú, y el reino será del Señor. (Abdías 1, 21)

  • Por eso, por culpa vuestra, Sión será arada como un campo, Jerusalén se volverá un montón de ruinas, el monte del templo un cúmulo de maleza. (Miqueas 3, 12)

  • Y sucederá en el futuro que el monte del templo del Señor será asentado en la cima de los montes y se alzará sobre las colinas. A él afluirán los pueblos, (Miqueas 4, 1)

  • acudirán numerosas naciones y dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, al templo del Dios de Jacob; él nos enseñará sus caminos, y nosotros seguiremos sus senderos". Pues la ley saldrá de Sión, y la palabra de Dios de Jerusalén. (Miqueas 4, 2)

  • De las cojas haré un resto, de las alejadas una nación poderosa. Entonces el Señor reinará sobre ellos en el monte Sión desde ahora y por siempre. (Miqueas 4, 7)

  • Entonces llegarán hacia ti desde Asiria hasta Egipto y desde Egipto hasta el río, desde un mar a otro mar y desde un monte a otro monte. (Miqueas 7, 12)

  • Dios viene de Temán, el santo del monte Farán; su majestad cubre los cielos y de su gloria está llena la tierra. (Habacuc 3, 3)

  • Aquel día no tendrás que avergonzarte de los crímenes con los que te rebelaste contra mí; porque entonces yo quitaré de en medio de ti a tus orgullosos fanfarrones y dejarás de presumir de mi santo monte. (Sofonías 3, 11)

  • Subid al monte para traer madera y reconstruid la casa; yo me complaceré en ella, y en ella pondré mi gloria, dice el Señor. (Ageo 1, 8)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina