Fundar 103 Resultados para: Queda

  • David preguntó: "¿Queda algún superviviente de la casa de Saúl a quien pueda yo favorecer por amor a Jonatán?". (II Samuel 9, 1)

  • El rey le preguntó: "¿Queda alguno de la casa de Saúl a quien yo pueda favorecer en nombre de Dios?". Sibá respondió: "Todavía queda un hijo de Jonatán, que está lisiado de ambos pies". (II Samuel 9, 3)

  • Y ahora todo el clan se levanta contra tu sierva y dice: Entréganos al que mató a su hermano y le daremos muerte por la vida de su hermano, a quien mató, y acabaremos al mismo tiempo con el heredero. Y quieren apagar así la chispa que me queda, para no dejar a mi marido ni nombre ni descendencia sobre la faz de la tierra". (II Samuel 14, 7)

  • Él replicó: "¿Por qué vas hoy adonde él está, si no es novilunio ni sábado?". Pero ella dijo: "¡Queda con Dios!". (II Reyes 4, 23)

  • Luego dijo: "El Señor me castigue si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, queda hoy sobre sus hombros". (II Reyes 6, 31)

  • Esperamos que el Señor, tu Dios, haya oído todas las palabras del copero mayor, el que ha sido enviado por el rey de Asiria, su señor, a insultar al Dios vivo, y le castigue por las palabras que el Señor, tu Dios, ha oído. Haz una oración por el resto que aún queda". (II Reyes 19, 4)

  • Entonces Secanías, hijo de Yejiel, descendiente de Elán, tomó la palabra y dijo a Esdras: "Hemos sido infieles a Dios casándonos con mujeres extranjeras de naciones paganas. No obstante, todavía le queda una esperanza a Israel. (Esdras 10, 2)

  • Alguien surgió, no reconocí su semblante; un fantasma estaba ante mis ojos; luego se dejó oír una voz queda: (Job 4, 16)

  • Mi aliento se agota y mis días se apagan, sólo me queda la tumba. (Job 17, 1)

  • todas las tinieblas le esperan en secreto. Un fuego no encendido por hombre devora y consume cuanto aún queda en su tienda. (Job 20, 26)

  • Los terrores me asaltan, como por un huracán queda barrido mi valor. (Job 30, 15)

  • No queda defraudado el que en ti espera, que lo quede el que traiciona sin motivo. (Salmos 25, 3)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina