Fundar 48 Resultados para: Rodillas

  • Y ella respondió: "Ahí tienes a mi esclava Bihlá, llégate a ella. Ella dará a luz sobre mis rodillas, y así yo también tendré hijos por medio de ella". (Génesis 30, 3)

  • José los retiró de las rodillas de su padre y se inclinó hasta el suelo. (Génesis 48, 12)

  • José vio a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. También recibió sobre sus rodillas, al nacer, a los hijos de Maquir, hijo de Manasés. (Génesis 50, 23)

  • El Señor te herirá de úlcera maligna en tus rodillas y en tus muslos, desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza, y no podrás curar. (Deuteronomio 28, 35)

  • Ella durmió a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre, que le cortó las siete trenzas de su cabeza. Entonces él comenzó a perder su fuerza hasta que la perdió por completo. (Jueces 16, 19)

  • Y Elías subió a la cima del Carmelo y se postró en tierra, puesto su rostro entre las rodillas. (I Reyes 18, 42)

  • Pero yo me reservaré en Israel siete mil: todas las rodillas que no se han doblado ante Baal y todas las bocas que no lo han besado". (I Reyes 19, 18)

  • El rey volvió a enviar un tercer capitán con sus cincuenta soldados. Pero este tercer capitán fue, se postró de rodillas ante Elías y le suplicó: "Hombre de Dios, ¡por favor! Que mi vida y la de estos cincuenta siervos tuyos sea preciosa a tus ojos. (II Reyes 1, 13)

  • Él lo llevó a su madre, y estuvo recostado sobre sus rodillas hasta el mediodía, en que murió. (II Reyes 4, 20)

  • Toda la asamblea estaba de rodillas mientras se cantaban las alabanzas y sonaban las trompetas, así hasta que terminó el holocausto. (II Crónicas 29, 28)

  • Cuando terminó, el rey y los que le acompañaban se pusieron de rodillas en actitud de adoración. (II Crónicas 29, 29)

  • A la hora del sacrificio de la tarde salí de mi abatimiento y, con los vestidos y el manto rasgados, me postré de rodillas, extendí mis manos hacia el Señor, mi Dios, (Esdras 9, 5)


“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina