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  • Te has ungido con óleo en honor de Moloc, has prodigado tus perfumes; has enviado a tus mensajeros a lo lejos, los has hecho bajar hasta el abismo. (Isaías 57, 9)

  • pero vuestras perversidades han abierto un abismo entre vosotros y vuestro Dios; vuestros pecados han hecho que oculte su rostro para no escucharos. (Isaías 59, 2)

  • Abre los ojos y mira, que no son los muertos en el abismo, aquellos cuyo espíritu fue separado de sus entrañas, los que celebran tu gloria y tu justicia, (Baruc 2, 17)

  • te has contaminado con los muertos y eres contado entre los que bajan al abismo? (Baruc 3, 11)

  • Han desaparecido, han bajado al abismo; otros han surgido en su lugar; (Baruc 3, 19)

  • Esto dice el Señor Dios: El día en que bajó al reino de la muerte, en señal de duelo por él cerré el abismo, contuve sus ríos y las abundantes aguas se estancaron; vestí por él de luto al Líbano, y todos los árboles del campo se secaron por él. (Ezequiel 31, 15)

  • Los héroes más ilustres, con sus asistentes, le hablarán de en medio del abismo. ¡Han caído, yacen entre incircuncisos, víctimas de la espada! (Ezequiel 32, 21)

  • No yacen con los héroes caídos de antiguo, que bajaron al abismo con sus armas de guerra, cuyas espadas les fueron puestas bajo la cabeza y los escudos debajo de sus huesos, porque el terror de los héroes campeaba en la tierra de los vivos. (Ezequiel 32, 27)

  • ¿Pero yo los libraré del poder del abismo; los salvaré del poder de la muerte? ¿Dónde están, muerte, tus estragos? ¿Dónde están, abismo, tus azotes? La compasión desaparece de mi vista. (Oseas 13, 14)

  • El Señor me hizo ver esto: Él suscitaba una llama de fuego que devoraba el gran abismo e iba a devorar la porción del Señor. (Amós 7, 4)

  • Si se ocultan en el abismo, de allí los sacará mi mano; si suben hasta el cielo, de allí los haré bajar; (Amós 9, 2)

  • "Clamé al Señor en mi angustia, y él me atendió; desde el vientre del abismo grité, tú escuchaste mi voz. (Jonás 2, 3)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina