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  • Los israelitas atacaron a los de Benjamín y los pasaron a espada, a los hombres, a los animales y a todo lo que encontraron. A todas las ciudades que encontraron les prendieron fuego. (Jueces 20, 48)

  • ¿Voy a tomar yo mi pan, mi agua y la carne de los animales que he matado para mis esquiladores, y se lo voy a dar a unos hombres que no sé de dónde son?". (I Samuel 25, 11)

  • Adonías mató ganado menor y mayor y animales cebados junto a la piedra de Zojélet, situada cerca de la fuente de Roguel, e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, servidores del monarca. (I Reyes 1, 9)

  • Ha matado bueyes, animales cebados y ganado menor en gran cantidad, y ha invitado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, general del ejército; pero a tu siervo Salomón no le ha invitado. (I Reyes 1, 19)

  • En efecto, hoy ha matado bueyes, animales cebados y ganado menor en gran cantidad y ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y a Abiatar, el sacerdote. Están comiendo y bebiendo en su compañía y gritan: ¡Viva el rey Adonías! (I Reyes 1, 25)

  • trató acerca de los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que brota en la pared; disertó acerca de los animales, de las aves, de los reptiles y de los peces. (I Reyes 5, 13)

  • Ajab dijo a Abdías: "Vamos a recorrer el país en busca de fuentes de agua y de arroyos, por si podemos encontrar pasto para mantener caballos y mulos, y no mueran todos los animales". (I Reyes 18, 5)

  • Como los sacerdotes eran pocos y no bastaban para degollar todos los animales del holocausto, les ayudaron sus hermanos los levitas, hasta que terminó el trabajo y se purificaron los sacerdotes, porque los levitas habían sido más diligentes que los sacerdotes en purificarse. (II Crónicas 29, 34)

  • Inmolaron los animales de la pascua; los sacerdotes derramaban la sangre y los levitas desollaban las víctimas. (II Crónicas 35, 11)

  • Los hombres y sus esposas, sus hijos, incluso pequeñitos; sus animales, los forasteros, los jornaleros y los esclavos, se pusieron cilicios sobre sus cuerpos. (Judit 4, 10)

  • Viva Nabucodonosor, rey de toda la tierra, y viva su poder, que te ha enviado para restablecer el orden en todos los seres vivientes; ya que, gracias a ti, no sólo los hombres le sirven, sino hasta las bestias salvajes, los animales domésticos y las aves del cielo viven, gracias a tu poder, para Nabucodonosor y toda su dinastía. (Judit 11, 7)

  • Los animales huyen a sus guaridas, en sus cubiles se refugian. (Job 37, 8)


“Cuide de estar sempre em estado de graça.” São Padre Pio de Pietrelcina