Fundar 431 Resultados para: comida en el desierto

  • Ahora está plantada en el desierto, en tierra árida y reseca. (Ezequiel 19, 13)

  • Los saqué de Egipto y los llevé al desierto. (Ezequiel 20, 10)

  • Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no caminaron según mis preceptos, despreciaron mis leyes que dan la vida a quien las observa, y profanaron mis sábados, por lo cual decidí derramar sobre ellos mi furor en el desierto y exterminarlos. (Ezequiel 20, 13)

  • Pero en el desierto alcé mi mano y les juré que no los llevaría al país destinado para ellos, tierra que mana leche y miel, un paraíso entre las tierras, (Ezequiel 20, 15)

  • No obstante, mis ojos se compadecieron de ellos y dejé de pensar en exterminarlos y aniquilarlos en el desierto. (Ezequiel 20, 17)

  • Pero advertí a sus hijos en el desierto: No sigáis las normas de vuestros padres, no imitéis sus costumbres ni os contaminéis con sus ídolos. (Ezequiel 20, 18)

  • Pero también los hijos se rebelaron contra mí; no caminaron según mis preceptos, no guardaron ni pusieron en práctica mis leyes, que dan la vida a quien las observa, y profanaron mis sábados. Entonces pensé derramar sobre ellos mi furor y desfogar mi ira contra ellos en el desierto. (Ezequiel 20, 21)

  • Pero en el desierto alcé mi mano y les juré desperdigarlos entre las gentes y esparcirlos entre las naciones (Ezequiel 20, 23)

  • Os conduciré al desierto de los pueblos, y allí cara a cara os juzgaré. (Ezequiel 20, 35)

  • Como juzgué a vuestros padres en el desierto de Egipto, así os juzgaré a vosotros, dice el Señor Dios. (Ezequiel 20, 36)

  • Se oía el ruido de una multitud gozosa. Hombres venidos del desierto pusieron brazaletes en sus manos y una corona magnífica en su cabeza. (Ezequiel 23, 42)

  • esto dice el Señor Dios: Extenderé mi mano contra Edón, exterminaré de ella hombres y animales y la reduciré a un desierto. Desde Temán a Dedán caerán a espada. (Ezequiel 25, 13)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina