Fundar 243 Resultados para: filisteos derrotados

  • los patrositas, los caslujitas y los cretenses, de los que salieron los filisteos. (Génesis 10, 14)

  • Después que hicieron el pacto en Berseba, Abimelec y Picol, jefe de su ejército, regresaron al país de los filisteos. (Génesis 21, 32)

  • Abrahán permaneció largo tiempo en tierra de los filisteos. (Génesis 21, 34)

  • Hubo hambre en el país (otra distinta de la que hubo en tiempo de Abrahán), e Isaac se fue a Guerar con Abimelec, rey de los filisteos. (Génesis 26, 1)

  • Cuando ya llevaba algún tiempo entre ellos, un día Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer. (Génesis 26, 8)

  • Poseía rebaños de ovejas y vacas y numerosa servidumbre. Los filisteos comenzaron a tenerle envidia, (Génesis 26, 14)

  • Abrió de nuevo los pozos que habían sido abiertos en tiempos de su padre Abrahán y que los filisteos, después de la muerte de Abrahán, habían cegado, y les dio los mismos nombres con que los había llamado su padre. (Génesis 26, 18)

  • Cuando el Faraón dejó marchar al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la región de los filisteos, aunque era más corto, pues se dijo: "No sea que se arrepienta al verse atacado y vuelva a Egipto". (Exodo 13, 17)

  • Al oírlo temblaron los pueblos; se apoderó de los filisteos el terror. (Exodo 15, 14)

  • Estableceré los confines de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos, desde el desierto hasta el río; pondré en vuestras manos a los habitantes del país, y tú los echarás de tu presencia. (Exodo 23, 31)

  • No subáis, pues el Señor no os acompaña y seríais derrotados por vuestros enemigos. (Números 14, 42)

  • Pero el Señor me dijo: Diles: No subáis ni combatáis, para que no os veáis derrotados por vuestros enemigos, pues yo no estoy con vosotros. (Deuteronomio 1, 42)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina