Fundar 238 Resultados para: lista de levitas

  • A los restantes clanes levitas, descendientes de Merarí, se les dio, de la tribu de Zabulón: Yocneán, Cartá, (Josué 21, 34)

  • Suma total de las ciudades de los clanes levitas de Merarí, doce ciudades. (Josué 21, 40)

  • Suma total de las ciudades cedidas a los levitas en medio del territorio de los israelitas: cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. (Josué 21, 41)

  • Los levitas habían bajado el arca del Señor y el cofre que estaba junto a ella, que contenía los objetos de oro, y los habían colocado sobre aquella piedra grande. Aquel día las gentes de Bet Semes ofrecieron holocaustos y sacrificios de reconciliación al Señor. (I Samuel 6, 15)

  • Iba también Sadoc con todos los levitas, que llevaban el arca de la alianza de Dios; y colocaron el arca de Dios junto a Abiatar, hasta que todo el pueblo terminó de salir de la ciudad. (II Samuel 15, 24)

  • y la llevaron junto con la tienda de la reunión y todos los utensilios sagrados que había en ella. La llevaron los sacerdotes y los levitas. (I Reyes 8, 4)

  • (33 )Sus hermanos los levitas estaban enteramente dedicados al servicio del templo de Dios. (I Crónicas 6, 48)

  • (49 )Los israelitas dieron a los levitas estas ciudades con sus ejidos. (I Crónicas 6, 64)

  • Los primeros en volver a habitar en sus dominios y ciudades fueron israelitas laicos, sacerdotes, levitas y servidores del templo. (I Crónicas 9, 2)

  • De los levitas: Semayas, hijo de Jasub, hijo de Azricán, hijo de Jasabías, de los descendientes de Merarí; (I Crónicas 9, 14)

  • En cambio, los cuatro jefes de los porteros que permanecían allí siempre eran levitas y tenían a su cargo las cámaras y tesoros del templo de Dios. (I Crónicas 9, 26)

  • Matatías, uno de los levitas, primogénito de Samuel el corajita, tenía la misión de preparar las tortas fritas en sartén. (I Crónicas 9, 31)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina