Fundar 244 Resultados para: lluvia de piedras

  • Oh desdichada, sacudida por la tempestad, desconsolada; yo asentaré tus piedras sobre malaquita y tus cimientos sobre zafiros; (Isaías 54, 11)

  • haré de rubíes tus almenas, tus puertas de cristal, y todo tu recinto de piedras preciosas. (Isaías 54, 12)

  • Como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sin empapar la tierra, sin fecundarla y hacerla germinar para que dé sementera al sembrador y pan para comer, (Isaías 55, 10)

  • Las piedras pulidas del torrente son tu heredad, ellas, ellas tu suerte. A ellas haces tus ofrendas de vino y presentas tus ofrendas; ¿voy a calmarme yo con eso? (Isaías 57, 6)

  • Pasad, pasad por las puertas, abrid camino al pueblo, allanad, allanad la calzada, retirad las piedras; izad para los pueblos la bandera. (Isaías 62, 10)

  • Cesaron los aguaceros y la lluvia tardía no llegó; pero con tu rostro de mujer perdida ni siquiera te has sonrojado. (Jeremías 3, 3)

  • No han dicho en su corazón: "Temamos al Señor nuestro Dios, que nos manda la lluvia, la lluvia temprana y la lluvia tardía a su tiempo, y que nos concede las semanas justas para la cosecha". (Jeremías 5, 24)

  • Y yo voy a hacer de Jerusalén un montón de piedras, un cubil de chacales; y de las ciudades de Judá un desierto, donde nadie habite. (Jeremías 9, 10)

  • A su voz se amontonan en el cielo las aguas; él levanta las nubes del extremo de la tierra, provoca con los relámpagos la lluvia y saca de sus depósitos el viento. (Jeremías 10, 13)

  • El suelo no da su fruto, porque no hay lluvia en el país; los labradores, consternados, se cubren la cabeza. (Jeremías 14, 4)

  • ¿Hay acaso entre los ídolos de las gentes quien pueda hacer llover? ¿Son los cielos los que dan la lluvia? ¿No eres tú solo, Señor? ¡Oh Dios nuestro, en ti esperamos, porque eres tú quien hace todo esto!". (Jeremías 14, 22)

  • "Miqueas de Morasti, que profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá, dijo también a todo el pueblo de Judá: Esto dice el Señor todopoderoso: Sión será arada como un campo, Jerusalén se convertirá en un montón de piedras, y el monte del templo en una selva. (Jeremías 26, 18)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina