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  • Vosotros os acercasteis y estuvisteis en la falda del monte mientras éste ardía en llamas que llegaban hasta el corazón del cielo: tiniebla, nube y oscuridad. (Deuteronomio 4, 11)

  • desde Aroer, al borde del río Arnón, hasta el monte Sirión, que es el Hermón-, (Deuteronomio 4, 48)

  • Yo bajé del monte, coloqué las tablas en el arca que había hecho, y allí quedaron depositadas, como el Señor me había ordenado. (Deuteronomio 10, 5)

  • Cuando el Señor, tu Dios, te haya llevado a la tierra donde vas a entrar para tomar posesión de ella, colocarás la bendición sobre el monte Garizín y la maldición sobre el monte Ebal. (Deuteronomio 11, 29)

  • El Señor, tu Dios, está en medio de tu campamento para protegerte y librarte de tus enemigos. Por tanto, tu campamento debe ser santo, para que el Señor no vea indecencias en medio de él y no se aparte de ti. (Deuteronomio 23, 15)

  • Cuando hayáis pasado el Jordán, levantaréis estas piedras sobre el monte Ebal, como os lo mando hoy, y las revocaréis con cal. (Deuteronomio 27, 4)

  • Cuando hayáis pasado el Jordán, se pondrán en el monte Garizín las tribus de Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín para pronunciar la bendición al pueblo. (Deuteronomio 27, 12)

  • Las de Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí se pondrán en el monte Ebal para pronunciar la maldición al pueblo. (Deuteronomio 27, 13)

  • "Sube al monte Nebo, sobre la cima de la cadena de montañas de Abarín, en tierra de Moab, enfrente de Jericó, y contempla la tierra de Canaán, que voy a dar en propiedad a los israelitas. (Deuteronomio 32, 49)

  • Moisés subió de los llanos de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisga, enfrente de Jericó. Y el Señor le mostró toda la tierra: desde Galaad hasta Dan, (Deuteronomio 34, 1)

  • Josué levantó al Señor Dios de Israel, en el monte Ebal, un altar, (Josué 8, 30)

  • Todo Israel, sus ancianos, sus funcionarios y sus jueces, estaban en pie a los dos lados del arca ante los sacerdotes y levitas que llevaban el arca de la alianza del Señor; tanto los extranjeros como los ciudadanos se colocaron la mitad del lado del monte Garizín y la otra mitad del lado del monte Ebal, como Moisés, siervo del Señor, había mandado, cuando bendijo por primera vez al pueblo de Israel. (Josué 8, 33)


“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina