Fundar 1435 Resultados para: muerte de David

  • Cierto que enfermó y estuvo a las puertas de la muerte, pero Dios tuvo misericordia de él; y no sólo de él, sino también de mí, para que no tuviese yo tristeza sobre tristeza. (Filipenses 2, 27)

  • a fin de conocerle a él y la virtud de su resurrección y la participación en sus padecimientos, configurándome con su muerte (Filipenses 3, 10)

  • ahora, en fin, os ha reconciliado completamente por la muerte de su cuerpo mortal, para presentaros limpios, inmaculados e irreprensibles ante su presencia, (Colosenses 1, 22)

  • y que ahora se ha manifestado con la aparición de nuestro Señor, Cristo Jesús, que destruyó la muerte y ha hecho brillar la vida y la inmortalidad por el evangelio, (II Timoteo 1, 10)

  • Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, del linaje de David, según el evangelio que predico, (II Timoteo 2, 8)

  • Pero al que fue rebajado un poco con relación a los ángeles, Jesús, le vemos coronado de gloria y dignidad por haber sufrido la muerte; de modo que, por la gracia de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. (Hebreos 2, 9)

  • Pues de la misma manera que los hijos participan de la misma carne y sangre, también él participó de modo parecido, para reducir a la impotencia mediante la muerte a aquel que tiene el imperio de la muerte, es decir, al diablo, (Hebreos 2, 14)

  • y libertar a todos aquellos que, por miedo a la muerte, estaban sometidos durante toda su vida a la esclavitud. (Hebreos 2, 15)

  • de nuevo Dios fija un día, un "hoy", diciendo por David, después de tanto tiempo, lo que ya ha sido dicho: ¡Hoy, si oís su voz, no endurezcáis vuestros corazones!... (Hebreos 4, 7)

  • Pues si Josué les hubiese procurado el reposo, (David) no hubiese hablado después de esto de otro día. (Hebreos 4, 8)

  • Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia; (Hebreos 5, 7)

  • aparece sin padre, sin madre y sin antepasados; no se conoce ni su nacimiento ni su muerte; a semejanza del Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. (Hebreos 7, 3)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina