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los calderos, las palas y los aspersorios. Todos estos utensilios que Jirán hizo al rey para el templo del Señor eran de bronce bruñido. (I Reyes 7, 45)
Salomón colocó todos estos utensilios. Por su grandísima cantidad no se pudo averiguar el peso del bronce. (I Reyes 7, 47)
Cuando se terminaron todas las obras que el rey Salomón mandó hacer en el templo llevó todos los objetos que su padre, David, había dedicado al Señor: la plata, el oro, los utensilios, y los depositó en el tesoro del templo del Señor. (I Reyes 7, 51)
En aquel día el rey consagró el centro del atrio que estaba delante del templo del Señor, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas y las grasas de los sacrificios de reconciliación, porque el altar de bronce que estaba delante del Señor era pequeño para tantos holocaustos, ofrendas y grasas de los sacrificios de reconciliación. (I Reyes 8, 64)
y dijo al rey: "Realmente es verdad todo lo que yo había oído en mi tierra de tus obras y de tu sabiduría. (I Reyes 10, 6)
El rey Roboán hizo en su lugar otros escudos de bronce, que entregó a los jefes de la guardia que custodiaba la entrada del palacio real. (I Reyes 14, 27)
sino que se entregaba a los encargados de las obras, para que con él reparasen el templo del Señor. (II Reyes 12, 15)
En cuanto al altar de bronce que estaba ante el Señor, entre el altar nuevo y el templo del Señor, lo retiró de allí y lo puso al lado norte del altar nuevo. (II Reyes 16, 14)
Luego el rey Acaz ordenó al sacerdote Urías: "Sobre el altar grande quemarás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda, el holocausto de toda la gente del país, sus ofrendas de pan y vino; sobre él derramaréis la sangre de los holocaustos y sacrificios. En cuanto al altar de bronce, ya proveeré". (II Reyes 16, 15)
El rey Acaz arrancó también los paneles de las basas, quitó los aguamaniles y la gran pila de encima de los toros de bronce que lo sostenían, y lo asentó sobre un zócalo de piedras. (II Reyes 16, 17)
Abandonaron todos los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron dos becerros de bronce fundido y un cipo sagrado y adoraron a todos los astros del cielo y a Baal. (II Reyes 17, 16)
Suprimió las colinas, hizo pedazos las estelas, arrancó los cipos sagrados y machacó la serpiente de bronce que Moisés había hecho (pues hasta entonces los israelitas le quemaban incienso; la llamaban Nejustán). (II Reyes 18, 4)