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el primer marido no podrá volver a casarse con ella, pues se ha vuelto impura; sería una cosa horrenda ante el Señor, y tú no debes manchar con pecados la tierra que el Señor, tu Dios, te da en heredad. (Deuteronomio 24, 4)
hasta que el Señor dé un lugar de descanso a vuestros hermanos, como os lo ha dado a vosotros, y posean también ellos la tierra que el Señor, vuestro Dios, les da. Después podéis volver a la tierra que os pertenece para poseerla y que os dio Moisés, siervo del Señor, en Transjordania". (Josué 1, 15)
Al volver, dijeron a Josué: "No es necesario que suba todo el pueblo; que suban unos dos o tres mil hombres para tomar Ay. No hace falta que vaya todo el pueblo, pues ellos son pocos". (Josué 7, 3)
Entonces ellos clamaron al Señor, y él puso densas tinieblas entre vosotros y los egipcios e hizo volver sobre ellos el mar, que los sumergió. Vosotros habéis visto con vuestros propios ojos lo que hice en Egipto; después vivisteis mucho tiempo en el desierto. (Josué 24, 7)
Jefté contestó: "Si me hacéis volver con vosotros para luchar contra los amonitas y el Señor los entrega en mi mano, entonces seré vuestro jefe". (Jueces 11, 9)
Noemí salió de Moab con sus dos nueras para volver a su patria, pues había oído que el Señor se preocupaba de su pueblo, dándole pan. (Rut 1, 6)
Los israelitas, al volver de la persecución contra los filisteos, saquearon sus campamentos. (I Samuel 17, 53)
Saúl le tomó consigo aquel día y no le dejó volver a casa de su padre. (I Samuel 18, 2)
Al volver David de la guerra después de dar muerte al filisteo, las mujeres salían de todas las ciudades de Israel, cantando y danzando ante el rey Saúl al son de tambores y arpas y con gritos de alegría; (I Samuel 18, 6)
David y sus hombres se levantaron de madrugada para partir por la mañana y volver al país de los filisteos. Los filisteos fueron a Yezrael. (I Samuel 29, 11)
Joab, al salir de estar con David, envió mensajeros en persecución de Abner, que le hicieron volver desde la cisterna de Sirá, sin saberlo David. (II Samuel 3, 26)
Cuando los reyes aliados de Hadadézer se vieron derrotados por Israel, firmaron la paz con Israel y le quedaron sometidos. Y en adelante los sirios no se atrevieron a volver a ayudar a los amonitas. (II Samuel 10, 19)