Fundar 320 Resultados para: voz

  • ¿Rugirá el león en la selva sin que haya presa? ¿Dejará el leoncillo oír su voz desde su cubil si no ha agarrado nada? (Amós 3, 4)

  • "Clamé al Señor en mi angustia, y él me atendió; desde el vientre del abismo grité, tú escuchaste mi voz. (Jonás 2, 3)

  • Escuchad ahora lo que dice el Señor: "¡Levántate, pleitea ante las montañas y oigan las colinas tu voz!". (Miqueas 6, 1)

  • La voz del Señor grita a la ciudad: "Escuchad, tribu y asamblea de la ciudad. (Miqueas 6, 9)

  • "Pero aquí estoy contra ti -dice el Señor omnipotente-; reduciré a humo tus carros, la espada devorará a tus leoncillos; arrancaré de la tierra tus presas y no se oirá más la voz de tus mensajeros". (Nahún 2, 14)

  • Te ven los montes y tiemblan, un diluvio de agua irrumpe, el abismo deja oír su voz, levanta a lo alto sus manos. (Habacuc 3, 10)

  • He oído, y estoy profundamente conmovido; a tu voz tiemblan mis labios; estoy completamente descompuesto, mis pasos vacilan al andar. Tranquilo espero el día de la angustia, que ha de caer sobre el pueblo que nos asalta. (Habacuc 3, 16)

  • No ha escuchado la voz, no ha aprendido la lección, no ha puesto su confianza en el Señor, no ha acudido a su Dios. (Sofonías 3, 2)

  • Entonces Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo escucharon la voz del Señor, su Dios, y las palabras de Ageo, el profeta, según la misión que el Señor le había encomendado, y el pueblo se llenó de temor ante el Señor. (Ageo 1, 12)

  • Una voz se oyó en Ramá, llanto y lamento grande. Es Raquel que llora a sus hijos y no quiere ser consolada, porque ya no existen. (Mateo 2, 18)

  • Éste es aquel que el profeta Isaías había anunciado cuando dijo: Voz que grita en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos. (Mateo 3, 3)

  • Y se oyó una voz del cielo: "Éste es mi hijo amado, mi predilecto". (Mateo 3, 17)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina