Deuteronomio, 24
20. Cuando sacudas tus olivos, no revises después las ramas. El resto será para el extranjero, el huérfano y la viuda.
20. Cuando sacudas tus olivos, no revises después las ramas. El resto será para el extranjero, el huérfano y la viuda.
“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina