22. Los únicos terrenos que José no compró fueron los que pertenecían a los sacerdotes, porque a ellos el Faraón les había asignado una ración fija de alimentos; como vivían de la ración que les daba el Faraón, no tuvieron que vender sus tierras.





“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina