3. El Señor oyó la súplica de Israel y les entregó a los cananeos, que fueron consagrados al exterminio, junto con sus ciudades. Por eso aquel lugar se llamó Jormá.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina