9. Y hubo también gaditas que se pasaron a David en el desierto, guerreros valientes, hombres de guerra, preparados para el combate, diestros con el escudo y la lanza. Sus rostros, como rostros de león, y ligeros como la gacela salvaje.





“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina