Exodo, 16
21. Lo recogían cada mañana, cada uno en razón de su propio consumo. Cuando calentaba el sol, se derretía.
21. Lo recogían cada mañana, cada uno en razón de su propio consumo. Cuando calentaba el sol, se derretía.
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina