28. El río bullirá de ranas, que subirán y penetrarán en tu casa, en tu dormitorio, en tu lecho, en la casa de tus servidores y de tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina