6. Porque esto dice el Señor Dios: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, olla toda roñosa, cuya herrumbre no se quita! Vacíala trozo a trozo, sin echar suerte sobre ella,





“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina